Alojamientos de lujo en Deer Valley

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Todo acerca de Deer Valley

¿Sueñas con unas vacaciones en Deer Valley? ¡Nosotros te ayudamos a hacerlas realidad!

Deer Valley, en Utah, es el destino perfecto si buscas un lugar exclusivo donde esquiar sin mucha gente. Este resort, que forma parte de la estación de Park City, se encuentra a solo 58 km de Salt Lake City, donde vuelan multitud de aerolíneas estadounidenses e internacionales. También está a pocos minutos en coche de Main Street, una fascinante zona histórica cuyos edificios del siglo XIX reflejan los orígenes de Park City como ciudad minera dedicada a la extracción de plata. Estas joyas arquitectónicas hoy albergan restaurantes gourmet, elegantes boutiques y, en enero, el famoso festival de cine de Sundance fundado por Robert Redford. Si no te apetece conducir bajo la nieve, no te preocupes: puedes usar un servicio de transporte gratuito para llegar a las pistas y las estaciones de la zona.

Deer Valley se esfuerza por ofrecer la mejor experiencia posible a los esquiadores y, para conseguirlo, limita el número de forfaits que vende al día y no permite que se practique snowboard en sus instalaciones. Esta estación dispone de 101 pistas de esquí y más de 20 telesillas. La capacidad de subida es un 50 % superior que la de otras estaciones de la zona, de modo que podrás aprovechar al máximo tu tiempo sin el incordio de hacer largas colas.

Como no podía ser menos, los servicios son excepcionales: quienes compran un pase para todo el día no tienen que pagar el aparcamiento y hay una consigna gratuita para guardar el equipo por las noches. Además, la estación dispone de guardería propia y tiene una de las mayores escuelas de esquí del país, con más de 500 instructores. Los Mountain Hosts son otro de los fantásticos servicios disponibles. Puedes recurrir a estos expertos tan amables, a los que reconocerás por su chaqueta verde, para hacer un tour gratuito por las instalaciones en el que te mostrarán las pistas más adecuadas para tu nivel, te informarán de las condiciones meteorológicas del día e incluso te contarán datos históricos.

Tras los pasos de atletas olímpicos

En Deer Valley tuvieron lugar varias de las pruebas de los Juegos de Invierno de 2002, incluidas competiciones de esquí de baches, saltos y eslalon alpino. Nada más salir de la Interestatal 80, en Kimball Junction, encontrarás el parque olímpico de Utah, el regalo imborrable que los Juegos dejaron en la región de Park City. Aunque sigue siendo un centro de entrenamiento oficial para los atletas olímpicos, está abierto al público y ofrece diversas atracciones deportivas para toda la familia. La entrada es gratuita y permite acceder al Alf Engen Ski Museum, que expone recuerdos relacionados con el legendario esquiador, y el Eccles Salt Lake 2002 Olympic Winter Games Museum, donde podrás ver medallas olímpicas y el equipo que se usó en las competiciones de ese año. También podrás disfrutar sin coste alguno de la pista de obstáculos Discovery Zones, la pista Mountain Challenge y varias rutas de senderismo.

Además, hay diversas actividades de pago, como vías de escalada y recorridos de cuerdas, una tirolina y una visita guiada por los saltos de esquí nórdico más altos del mundo. Pero, sin duda, la estrella es «The Comet», la pista por la que los competidores de bobsleigh, skeleton y luge se lanzaron a toda velocidad en 2002, que ahora ofrece a los visitantes la posibilidad de vivir ese subidón de adrenalina en sus propias carnes. Se trata de uno de los toboganes más largos del mundo, con más de 900 metros de longitud. En cada viaje, un piloto profesional acompaña a un máximo de tres pasajeros en un descenso vertiginoso: ¡se alcanzan velocidades de hasta 96 km/h en menos de un minuto! En verano, los trineos se adaptan para bajar por la superficie de cemento de la vía; una solución ingeniosa para que todo el mundo pueda disfrutar de esta experiencia trepidante aunque no haya nieve.

Adrenalina a toda mecha

Estas montañas de Utah son el destino perfecto para quienes buscan sensaciones fuertes. Además de las pistas olímpicas, los recorridos de cuerdas y las opciones de escalada, la zona ofrece una gran variedad de actividades que saciarán tus ansias de velocidad. ¿Qué te parece el Park City Mountain Resort Alpine Coaster para empezar? Monta en uno de los coches para descender por una pista de casi 2 km llena de curvas panorámicas, giros y bucles espectaculares. Aunque la propia fuerza de la gravedad te empujará montaña abajo, tú tendrás en todo momento el control de tu vehículo y podrás frenar cuando quieras. La velocidad máxima son 48 km/h; ¿te atreves a dejarte llevar?

Si viajas con jóvenes intrépidos o niños que todavía no estén preparados para montarse en las atracciones de los mayores, el Gorgoza Park es una buena opción. Abre hasta las 20:00 y cuenta con siete pistas de tubing: cuatro de nivel avanzado y tres para principiantes. Si viajas con niños de hasta 6 años, la gran atracción del parque es sin duda la zona de juegos Fort Frosty, donde podrán montar en un carrusel, conducir mini motos de nieve y hasta bajar una pequeña colina haciendo tubing. ¡Seguro que les encanta!

Luxury Retreats: tu experto en alquileres vacacionales en Deer Valley

¿Te apetece esquiar, bajar a toda velocidad en un trineo de bobsleigh y practicar un poco de tubing? Las cabañas disponibles en Deer Valley, acogedoras y calentitas, te recibirán con los brazos abiertos después de pasar todo el día en la nieve. En Luxury Homes encontrarás propiedades de entre dos y siete dormitorios que se adaptarán a tus necesidades, tanto si estás planeando un viaje en familia como si tienes pensado pasar una semana blanca con un montón de amigos. Muchas de estas casas están a pie de pista y disponen de una zona donde podrás dejar todo tu equipo y dispositivos para calentar las botas y los guantes.

Todas las villas tienen unas vistas espectaculares, y algunas disponen de un jacuzzi de vapor que te dará un merecido masaje después de un día intenso. Por las noches, sírvete una copita de vino y disfruta de una buena película junto a la chimenea antes de meterte en una cama tan esponjosa como la mismísima nieve.